sábado, 13 de junio de 2009

Hoy, desatendiendo mis necesidades roleras, me he saltado una sesión de Vampiro la mascarada para ir a combatir con espadas por el monte.

Íbamos Dani y yo (Dani es uno de los mejores esgrimistas de La Coruña), y allí nos reuniríamos con otro hombre dispuesto a batirse en duelo por diversión.

Notas a tener en cuenta:
1º yo mido 1,65m y peso 57kg
2º Dani mide 1,82 y pesa 105kg
3º El otro hombre medía 1,97 y pesaba 129kg.

Nada más llegar nos embutimos en nuestras protecciones antidisturbios (o como dicen los madrileños, antitrauma) y comencé a tirar asaltos en hierba (por primera vez en la vida) contra ese ser descomunal que acababa de conocer. Le gané, por 10 a 4. Pese a que ese hombre lleva el mismo tiempo que yo en esgrima histórica, todavía no consigue separar los brazos del cuerpo, lo que hace que no logre parar muchos de los golpes.

Contra Dani fue diferente, fuimos algo igualados en tocados, pero por que él no se emplea a fondo con la plebe.
Lo peor fue un golpe que me dio en el dedo corazón de la mano izquierda y lo aplastó contra el pomo de la espada. Tuvieron que rociarme el dedo con spray de frío para que pudiese volver a agarrar la espada, pero un segundo golpe de las mismas características pero que pilló ese dedo más el de al lado, y me quedé sin ganas de tirar durante el resto del día. Ahora, 6 horas después del golpe, y ya pasado el efecto anestésico del spray de frío, me sigo cagando en la puntería de Dani.

Pero en general, ha sido una tarde de puta madre.

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