sábado, 1 de noviembre de 2008

Julian - capitulo 1

Una pareja de campesinos, Elayne y Orm, vivían felices en su granja.

Orm trabajaba la tierra y Elayne limpiaba la casa de unos nobles, los Canthra. Realmente sacaban bastante dinero para ser vulgares campesinos.

Tenían una hija y un hijo (8 y 5 años respectivamente). La hija, Vaira, les ayudaba en el hogar como podía y el niño, Elyas, que parecía ser superdotado, se dedicaba a leer libros que su madre le traía de la casa de los Canthra.

El niño era de lo mas listo que se había visto en mucho tiempo, había comenzado a diferenciar las letras con solo 3 años, con 4 ya miraba el solo los cuentos, y ahora con 5 leía libros de todo tipo.

La familia Canthra tenía tratos habituales con uno de los profesores de una escuela de magia de una ciudad cercana. Y le consiguieron una plaza a Elyas. Con 6 años entro en la escuela de magia, 2 años menos de los habituales para entrar en esa escuela. Eran seis años mínimos de aprendizaje, que todos terminaban entre los 14 y los 16, y que Elyas terminaría a los 12.

Mientras tanto, en su casa, su madre daría a luz a un tercer hijo, al que llamarían Julian.
Elayne muere en el parto y en Orm nace un odio despechado hacia su nuevo hijo.

Cuando Elyas vuelve a casa con doce años y conoce a su hermano, que ya tiene 4, lo ve como a un ser inferior, cosa que con el tiempo pasará a ocurrir con toda persona que conozca que no domine la magia.

Desde la muerte de Elayne, Orm sufre problemas del corazón, y necesita ayuda para trabajar la tierra, como Vayra ha heredado el puesto de su madre limpiando la casa de los Canthra, y Elyas solo sale de las bibliotecas para ir a dormir o a comer, a Orm no le queda mas remedio que ser ayudado por Julian, que ya tiene 9 años.

Elyas, misteriosamente, se niega a ir a la escuela superior de magia en la que le convertirían en un mago de verdad.

Por el contrario se en cierra en la biblioteca o en su cuarto a leer libros que encontraba en la biblioteca, libros en idiomas desconocidos para muchos humanos, idiomas que muchos no querrían aprender, los idiomas del infierno, el idioma de los dragones, y el idioma de los gigantes.

Tres años mas tarde, cuando Elyas cumple los veinte y a Julian le queda poco para los doce, el padre se va a la ciudad a vender algunas de las hortalizas que recogió de la tierra durante todo el mes, y Julian se queda en el campo preparándolo todo para la nueva siembra.
Hacia el mediodía, Julian oye unos ruidos de golpes y fogonazos dentro de casa, asustado por si a su hermano se le fue algo de las manos entra a todo correr en la casa. El ruido se prolonga y aumenta conforme se acerca, y localiza rápidamente de donde proviene el alboroto, del sótano.

Cuando baja, la imagen que se encuentra es terriblemente desalentadora, Elyas arrodillado frente a un demonio enorme, que casi no cabía en el sótano. Envuelto en llamas, con alas de murciélago y una espada en la mano extendida hacia Elyas. la espada desapareció, el bálor abrió la mano y apunto con la palma hacia Elyas. un halo de oscuridad envolvió la mano, la cual comenzó a alzar, cuando descargaba la bola de energía sobre Elyas, Julian lo placaba para apartarlo de la trayectoria del golpe.

Les cogió a los dos.

Julian, antes de desmayarse, tuvo tiempo de ver como el bálor sonreía antes de desaparecer en un halo de llamas.

Orm volvió a casa de noche. Agotado, se dejó caer en el sofá marrón en el que se sentaban siempre el y Elayne. Cuando se empezaba a relajar, se dio cuenta que a esa hora solían estar sus dos hijos en casa.

-Vayra, ¿estas en casa?
-Si, llegué hace un rato, ¿por?
-¿Sabes a donde han ido tus hermanos? A esta hora siempre están en casa
-Pues cuando llegué no estaban.

Cada uno siguió a lo suyo. Orm descansando y contando el dinero que sacó en la ciudad, y Vayra preparando la cena para 4.

Al cabo de un rato, Orm comenzó a percibir un olor a quemado.
-¡Vayra, se te está quemando la cena!
-¡No se me está quemando nada!

Extrañado, Orm se levanta, camina, siguiendo el olor a chamusquina, que le lleva a la puerta del sótano.
-¡Vayra, el olor viene del sótano!, sal de casa y coge agua en el pozo, yo voy a ver que pasa.

Cuando abrió la puerta que conducía al sótano, casi lo tumba el olor. Era un olor fuerte a alquitrán quemado, mezclado con azufre. Tras sobreponerse al olor, comienza a bajar las escaleras. La escena con la que se topa es desalentadora: uno de sus hijos llorando sobre el cadáver de su hermano en medio de un caos de objetos quemados y derribados.
-¿que ha ocurrido aquí?
-papa, te juro que yo no... no se que ha ocurrido. Llegué aquí por que estaba escuchando unos ruidos, y vi un monstruo envuelto en llamas a punto de atacar a Elyas, intenté ayudarlo, pero no llegué a tiempo.

Orm se queda paralizado al escuchar las palabras de su hijo, que lo mira suplicando piedad con la mirada.

Orm comienza a acercarse a Julian, le saltan las lágrimas mientras le grita:
-¿Un monstruo? ¿llamas? es que no te bastaba con arrebatarme a Elayne que ahora has matado a tu hermano- le da una bofetada -¿que ha sido, por celos? ¿era por que el usaba magia o porque a el siempre le he querido mas que a ti?- le golpea de nuevo, una y otra vez -¡contesta!

Julian recibe los golpes sumiso, resignado, incluso acostumbrado, pero siente como algo nuevo se remueve en su interior, algo que le llega con ira, ira hacia su padre, ira hacia todo.

Vayra llega con el cubo de agua y ve a su padre maltratando a Julian. Pero en medio de la brutal paliza, algo ocurre, Vayra ve como una explosión de energía sale de su hermano y golpea a su padre en el pecho, derribándole. Vaira baja y ayuda a su padre a levantarse, el cual mira con pavor a su hijo y dice:
-tú... ¡monstruo!, ¡vete de esta casa!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, lo primero desearte suerte con eso de los comentarios, ya que mucha gente no te los dejara.

Por otro lado buena narración, sencilla y fácil de leer.

Ladherna dijo...

Error. Yo lo leo. Y mientras sigas haciéndolo, seas quien seas (por cierto, encantada), yo seguiré leyendo.
Por cierto, el post anterior lo escribí y eliminé yo misma por haberlo publicado sin querer con una cuenta que no es la mía.